Una Cadena de Bloques, o Blockchain, solo es un registro, un libro contrable de transacciones entre una o más partes, y que además está distribuido o es compartido entre muchas partes diferentes.

La propiedad más importante y que le diferencia de una base de datos distribuída es que solo puede ser actualizado a partir del consenso de la mayoría de participantes del sistema. Es decir, no existe un organismo central que arbitre su funcionamiento. Las fundaciones que lo respaldan emiten ‘consejos’, que los integrantes de la red pueden o no aceptar.

La cadena de bloques de Bitcoin es la primera cadena de bloques de la historia, creada en el año 2008 por Satoshi Nakamoto, y que permite el intercambio de monedas virtuales (bitcoins) entre sus participantes, con una serie de propiedades muy concretas.

Es la primera y la más importante, y la filosofía de la cadena de bloques se ha adoptado para otras aplicaciones cambiando una o varias de las características de la red Bitcoin original. Se cambian para adaptarlo al uso que se quiera dar, pero manteniendo la idea de consenso entre todos los integrantes de la red.

En 1997 el jurista y criptógrafo Nick Szabo define el concepto como un acuerdo entre dos o más partes en un entorno concreto, que además es capaz de ejecutarse y hacerse cumplir por sí mismo, de manera autónoma y automática, sin intermediarios ni mediadores.

Es decir, se tratan de código (scripts) escritos con lenguajes de programación, siendo los términos del contrato los comandos del código que lo forma. Evidentemente, puede ser creado y ejecutado por personas físicas y/o jurídicas, pero también por máquinas u otros programas. Adicionalmente, tiene validez sin depender de autoridades: visible por todos los integrantes de la red y que no se puede cambiar, lo cual le da ese carácter descentralizado, inmutable y transparente.

Creado en 2014 por Vitalik Buterin y desarrollado por la Ethereum Fundation, se trata de una plataforma web descentralizada que crea contratos inteligentes (smart contracts). 

La red funciona con Ethers, combustible para operar en las aplicaciones distribuidas de la plataforma. Es un método de pago de los clientes hacia las máquinas que ejecutan las operaciones requeridas. En otras palabras, es el incentivo que asegura que los desarrolladores creen aplicaciones de calidad y que la red permanece sana.

La cryptoeconomía es la teoría económica asociada al mercado de cada una de las cryptodivisas (o tokens) en circulación. De forma sencilla, se podría decir que es un híbrido entre las reglas programadas en una blockchain y todo el universo de interacciones que los humanos realizamos con ella. 

Es decir, en un sistema basado en blockchain, la cryptoeconomía diseña inicialmente unas propiedades deseadas para las interacciones entre los usuarios; una vez establecidas, utiliza la cryptografía para testar el pasado e incentivos económicos para reforzar y mantener estas propiedades en el futuro.

No es criptografía para economistas; es más bien economía para criptógrafos.

El término oráculo fue originalmente acuñado por Alan Turing y ha sido adaptado por Mike Hearn. En blockchain es una maquina teorética que sirve para responder preguntas no necesariamente computables, tales como “¿Lloverá mañana?”.

Lo más importante es que el oráculo permite intercambiar información con el mundo externo a la blockchain. De esta manera, puede buscar información fuera de la blockchain para tomar decisiones en los contratos inteligentes. 

Son mercados especulativos, es decir, de apuestas, creados con el objetivo de hacer predicciones. Los mercados predictivos se basan en el principio científico de la “sabiduría popular”, que indica la probabilidad de un suceso es  más alta según la intuición colectiva de un grupo lo suficientemente grande, a diferencia de la opinión de un experto.

Se crean activos cuyo valor final de caja está ligado a un evento particular, como por ejemplo la posibilidad de que el siguiente presidente de los Estados Unidos sea republicano, o a un parámetro, como las ventas totales del próximo mes. Los precios de mercado en un momento dado se pueden interpretar como las predicciones de la probabilidad del evento o el valor esperado del parámetro.

Apoyándose en blockchain resisten la censura y sostienen los fondos automáticamente de forma distribuída, de forma que ganan en aplicabilidad.